El cantante español Joaquín Sabina, alejado de los escenarios desde una caída que sufrió en una actuación en Madrid en 2020, anunció este sábado en San Sebastián (norte) un nuevo disco producido por Leiva y una gira a partir de febrero por América y España.
«Yo no voy de gira si no tengo canciones nuevas», dijo Sabina en la rueda de prensa de presentación de «Sintiéndolo mucho», el documental sobre su figura que rodó Fernando León de Aranoa y que hoy se preestrenará en el Festival de Cine de San Sebastián.
Tras el éxito de «Lo niego todo» (2017), su primer disco con Leiva como productor, el músico, de 73 años, confirmó que «habrá otro» y que espera que se publique en Navidad.
En cuanto a la gira, solamente avanzó que arrancará a finales de febrero en América Latina, que incluirá Argentina y que luego vendrá a España, y otra vez América. «Estamos firmando conciertos», señaló.
El documental, que aún no tiene fecha de estreno en cines, recoge momentos compartidos entre el cineasta y el cantante a lo largo de trece años, desde el último concierto en Madrid con Serrat, a reuniones de amigos en su piso madrileño, una gira por México o un homenaje recibido en Úbeda, su ciudad natal.
León de Aranoa, triunfador de los últimos Goya con «El buen patrón», ha contado que todo empezó de manera casual y que fue Sabina quien le invitó a hacer un viaje en coche con él y con el escritor Benjamín Prado, al que podía llevarse la cámara.
Fue el primero de muchos momentos grabados sin plan ni hoja de ruta, hasta que hace tres o cuatro años decidió recopilarlo y buscar la estructura del documental.
«He triunfado en el microsurco y ahora quiero triunfar en el celuloide», dijo un Sabina sonriente, que enlazaba una frase ingeniosa tras otra, con una voz, eso sí, muy deteriorada.
«Una vez estuve mejor de voz y la casa de discos me dijo que así no vendíamos un disco… es una estrategia de marketing, hago que la gente se sienta feliz porque creen que cantan mejor que yo», siguió bromeando.
Ese sentido del humor está muy presente en la película, que renuncia voluntariamente a cualquier atisbo de solemnidad. «El artista debe tomarse en serio lo que hace, por respeto al público, pero no a sí mismo, la solemnidad es el fin de cualquier aventura artística y hemos huido de ella como de la peste», subrayó el cantante.