Las universidades dominicanas se han visto obligadas a seguir el curso que ha impuesto el auge de la inteligencia artificial (IA) en la realidad actual. El modelo educacional universitario que se desarrolla en el país, día a día adquiere nuevas características que tienen que ver con el hecho de que se encuentra inmerso en el proceso de una metamorfosis a la que fue arrastrado sin cuestionamientos.
“Ha sido una obligación incorporar las nuevas tecnologías en la educación”, eso es lo que aseguran los representantes de diferentes altas casas de estudio a escala nacional, que de unos años hasta ahora han empezado a realizar inversiones millonarias para ponerse a la vanguardia e incluir en su concepto de cotidianidad el uso de distintos formatos de IA.
De acuerdo a lo que expresaron, parece que falta poco para que a la Universidad Católica Santo Domingo (UCSD), la Universidad APEC y a la Universidad Tecnológica de Santiago (Utesa), lleguen las denominadas “aulas del futuro” (aulas tecnológicas) y se produzcan modelos de reforma en los que se supriman múltiples carreras actuales y empiecen a formarse profesionales en inteligencia artificial, big data (datos masivos), ciberseguridad, bioinformática, logística y otras.
LAS AULAS DEL FUTURO
Mientras, en los campus se encuentran incorporados los procesos automatizados y desaparecen poco a poco los métodos básicos de enseñanza-aprendizaje, concediendo paso a la virtualidad, un escenario muy diferente al que se percibía hace cinco años.
El reverendo padre José Luis De La Cruz, vicerrector ejecutivo de la UCSD, contó durante un desayuno con el director del Listín Diario, Miguel Franjul, al junto de Carlos Sangiovanni, vicerrector académico de APEC, y Huáscar Frías, rector de Utesa, que su academia ya trabaja para ejecutar su propio programa de estudios con asentamiento tecnológico “Assistem”.
De La Cruz dejó saber que Assistem poseería un edificio en la Universidad Católica capitaleña con 22 cursos, con entera orientación a educar en ciencias tecnologicas, en el que se incluye el equipamiento de cuatro aulas inteligentes, o “aulas de futuro”, valoradas cada una en 3.9 millones de pesos, además de cinco laboratorios prácticos, con la intención de que todos estén interconectados con un aula central.