La red que se dedicaba a traficar personas desde República Dominicana hacia los Estados Unidos, y vinculada a dominicanos muertos en la tragedia de Chiapas, México, utilizaba varios países como “puentes”, documentos falsos y “Coyotes” para lograr su objetivo.
Dentro del expediente de solicitud de imposición de medidas de coerción y declaratoria de complejidad por parte del Ministerio Público a los cinco imputados, se explica cómo operaba la presunta red de tráfico.
El viernes, el juez del Juzgado de Atención Permanente de la provincia Santo Domingo, Bernardo Coplin García, dictó un año de prisión preventiva en contra de los integrantes de la presunta red, acusada de enrutar hacia Estados Unidos a al menos tres de los seis dominicanos fallecidos en ul accidente ocurrido en carretera mexicana.
El presunto entramado integrado por Guillermo Guzmán Marcano, Leonel Antonio Méndez Arias (El Duro), Román Alberto Casalinovo Trinidad (Guardia) Santo Francisco Vizcaíno Guerrero y Jesús Antonio Martínez Díaz se dedicaba a “promover, inducir y financiar el tráfico ilícito de migrantes” desde República Dominicana a países “puente” o de “tránsito”.
Específicamente, el primer método que utilizaba la red era trasladar a los objetos de tráfico (personas) a un país que no requiere visado, como Guatemala, Panamá, Costa Rica o Colombia y una vez allí solicitaban un “visado especial de tránsito” para llegar a Laredo, México.
Ya en territorio azteca, las personas eran transportadas en un tráiler (camión de carga) a los Estados Unidos, con personas conocidas como “Coyotes” “La Sexy”, “Paloma” “Miguel Alemán”, “Rosy” “El Gallo”, “Raul”, “Sara” o “Ronaldo”, que se comunicaban con Guzmán Marcano, el Duro o Guardia, para coordinar su llegada a territorio estadounidense.
Cuando llegaban Estados Unidos, las personas traficadas eran dotadas de licencias de conducir “con la que suplantan la identidad de nacionales americanos o puertorriqueños”.
Otro método que utilizaba la red consistía en utilizar la isla Tórtola, que es la más poblada de las Islas Vírgenes Británicas, donde tampoco se requiere visa para los dominicanos y desde ahí las personas eran trasladadas en lancha rápida a Puerto Rico.
Una vez en territorio boricua, a las «personas objeto de tráfico» se les dotaba de documentación falsa, haciéndose pasar por nacionales, los cual les permitía obtener tickets de vuelo hacia los Estados Unidos.
Por cualquiera de las dos alternativas, el entramado cobraba la suma de 21,000 dólares, lo que se traduce en pesos dominicanos a 1,200,000 aproximadamente.
Sobre la presunta red, el Ministerio Público indicó en su expediente que llevaban más de una década en labores y, que en ese tiempo, habían logrado traficar al menos 400 personas desde República Dominicana a Estados Unidos.